Durante los últimos tres años, cientos de viajeros latinoamericanos que entran al país azteca tendrán que pasar la noche en una celda sin comida, sin ventanas, hacinados y con la incertidumbre de no saber cuándo volverán a ver la luz del sol. Esta es la crónica en primera persona del fotoperiodista Juan José Jaramillo.
Octubre de 2021. Me llegó un mensaje al celular: “Confirmado el viaje a México”. Se me bajó todo. Recordé que Ricardo*, un compañero de trabajo, me había contado que a comienzos de 2021 tuvo que vivir tres días en una celda en el aeropuerto de la capital y que era algo que le sucedía a otros viajeros colombianos que iban seleccionados al azar. “Eso es lo peor que he vivido en la vida”, me dijo aquella vez. Yo no quería pasar por algo así: el miedo, la incertidumbre, el hambre. En mi mente, lo que le ocurrió parecía más un secuestro. 

You may also like

Back to Top